EN EL BUEN PASTOR 71 MUJERES SE GRADUARON EN TECNICAS DE ARTES MANUALES DE LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL CARIBE.

En convenio con la Fundación Tejiendo Hilos de Fe-Esperanza y el apoyo de la Alcaldía.

Fueron 71 mujeres del Centro de Rehabilitación El Buen Pastor las que este jueves desbordaron emoción e incluso lágrimas de ver cristalizado el sueño de graduarse como técnicas en artes manuales de la Universidad Autónoma del Caribe.

Del grupo hicieron parte 41 internas y 32 pospenadas que recibieron sus diplomas gracias al convenio de la Fundación Tejiendo Hilos de Fe-Esperanza y la Uniautónoma con el apoyo de la Alcaldía de Barranquilla.

La emotiva ceremonia se realizó en el interior del Centro de rehabilitación El Buen Pastor, lugar donde las mujeres cumplen sus condenas, y el que ha sido escenario para que muchas de ellas encuentren su primera oportunidad de aprender un arte que le permita sostener a sus familias.

Con toga y birrete, las 71 graduandas recibieron sus títulos de manos del rector de la Uniautónoma, Mauricio Molinares, quien manifestó su compromiso con estas obras como aporte de la academia en la labor de transformación social de esta comunidad. “Estamos enamorados de estos procesos. Nos llevamos sus sonrisas y el compromiso de seguir volviendo a graduar a más mujeres. En la mañana de hoy titulamos a estas mujeres privadas de la libertad que con este logro envían un mensaje importante a la sociedad”, declaró emocionado.

Ofelia Díaz, directora del centro de rehabilitación, declaró que este proceso tiene un significado especial para la dirección de El Buen Pastor de Barranquilla.

“Nos esforzamos en empoderarlas. Ese título que toman hoy hace parte de las herramientas que nos sirven para una resocialización efectiva. Cuando nosotros entregamos estas herramientas logramos un establecimiento en orden y con sana convivencia y estamos formando un grupo de personas que presentamos a la sociedad”, añadió.

La resocialización liderada por la Fundación Tejiendo Hilos de fe-Esperanza es promovida desde hace cinco años por la docente Claudia Quintero.

“Hoy es un gran día y es un sueño cumplido generarles la alegría a través de este logro. Más allá de un título es enseñarlas a enfrentar nuevas realidades con herramientas como la educación, empoderarlas para que generen un impacto positivo en sus familias”, sostuvo Quintero.

Una de las graduandas, que ya cumplió su condena, dijo emocionada que cuando llegó al Centro de Rehabilitación de El Buen Pastor de Barranquilla, su vida cambió.

“Encontré la oportunidad de ser útil con lo que me enseñaba la Fundación Esperanza y que hoy es la fuerza con la que sostengo mi casa”, declaró.