Agobiado por un prolongado padecimiento de parkinson y un alzhéimer que lo sumía en un olvido casi absoluto, Óscar Agudelo que habia nacido en Herveo, Tolima, el 23 de septiembre de 1932. Dejó de sufrir la noche en la que el mundo católico se aprestaba a iniciar las novenas como inicio de la natividad del Nuestro Señor..
Desde su infancia inclinación por la música, se hizo manisfiesta haciendo parte de los coros de la Iglesia de Padua, además participó en diversos concursos musicales; en Tolima. Siendo aún monaguillo, a los 11 años hizo la que sería su primera presentación en público ante un grupo de sastres en Armero. Este evento lo llevaría a que se presentara en otros municipios de Colombia.
Con el deseo de ser cantante y músico, Agudelo inició sus estudios musicales en 1953, primero en Pereira y luego en Medellín. La interpretación de éxitos como la Cama Vacía, le abrió las puertas internacionales, canción que fue grabada en 1959 en Medellín y cuya letra es del compositor argentino Carlos Espaventa.
“Allí la grabé con el sello Codiscos. David Ocampo, el jefe de producción de la disquera, me la tenía preparada: ‘Óscar -me dijo-, tengo una cosita aquí para que usted escuche. Me la trajeron de la Argentina. Esto es de Carlos Espaventa y él mismo la cantó y no hay más copias. Esto es para usted, para su voz, cántela a su estilo’. Yo estaba grabando con Ibarra y Medina, nada menos. Ellos la oyeron, afinaron guitarras y la montamos. Desde que salió fue un tiro”, recordó Ricardo Rendón Ch. en una entrevista que le hizo al maestro en septiembre de 2019.
Además de la Cama Vacía’, Óscar Agudelo deja un gran legado de éxitos como ‘China Hereje’, ‘Hojas de calendario’, ‘Farolito’, ‘Desde que te marchaste’, ‘El Redentor’, ‘Esos tus ojos negros’, ‘Me besó y se fue’, ‘Mujer ingrata’, ‘Que nadie sepa mi sufrir’, ‘Quisiera amarte menos’, canciones con las que generaciones enteras de colombianos se enamoraron, sufrieron y lloraron por amor, y tomaron aguardiente hasta el amanecer en las cantinas del viejo Medellin. Hoy Colombia despide a otro de los grandes de su música. Un hombre que dejó de beber pero cuyas canciones hicieron “incitaron a mas de uno”, y lo siguen haciendo cuando se reúnen en sus casas a cantar a todo pulmón: sus canciones de despecho y dolor.
Paz en la tumba del viejo Oscar. Lamentamos su deceso pero agradecemos el que Dios se lo llevara para parar su sufrir. Fortaleza a toda su familia. PAZ EN SU TUMBA…