LA CRISIS ALIMENTARIA QUE AMENAZA AL MUNDO TOCARÁ A COLOMBIA.

La situación económica global, los conflictos internacionales y el desabastecimiento de materia prima tiene a 45 países en riesgo por falta de comida. Colombia está dentro de las naciones con mayor vulnerabilidad.
Varias entidades y consultoras internacionales han reseñado que Colombia, junto con varios países de la región podría sufrir un desabastecimiento de comida.
En Colombia el alza en el precio de los alimentos, de todos los productos y servicios en general, está disparado por un sinnúmero de factores, tanto nacionales como internacionales; la inflación, la devaluación de la moneda y otras situaciones tienen una afectación directa en la cotidianidad de los habitantes. La situación puede agudizarse al punto que, en varias naciones, exista la posibilidad de un desabastecimiento de comida.

La inflación durante junio pasado fue del 9,67 %, de las más altas que se han tenido en años, más de dos décadas, principalmente por desabastecimiento.

Es la primera vez en los últimos doce meses que los arriendos y servicios públicos explican los mayores puntos de contribución, desbancando a los alimentos y bebidas no alcohólicas”, aseguró el director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Juan Daniel Oviedo.

Como todo se encarece, los productos básicos, o lo que se denomina canasta familiar, también sufre un fuerte impacto con estas alzas, derivando en que muchas personas no puedan comprar todos los alimentos que necesitan, sino los que pueden, en algunos casos, dejando de lado bien sea el desayuno, el almuerzo o la cena.

En nuestro país el alza en los alimentos tiene unos factores muy puntuales, el primero la temporada invernal, que además de tener un sinfín de afectaciones, ha inundado los cultivos, por lo que a los campesinos les quedan dos opciones: anticipar la cosecha o rogar a no perder lo sembrado por las lluvias. A esto se le suma otra barrera, el encarecimiento y desabastecimiento de los agroinsumos, que en su mayoría son importados, dificultando aún más la labor, que se traduce en un encarecimiento.

Todo ello es una “cadena”. Cada eslabón va a afectar directamente al siguiente, es por esto que varias consultoras como McKinsey & Company han hecho estudios y análisis sobre la situación alimentaria global, determinando que los países que mayormente producen comida, conocidos como “granero”, ya que suministran casi el 70 % de los productos agrícolas a nivel mundial, están en crisis.

Precisamente una de estas es Ucrania, país en conflicto con Rusia, responsable de al menos el 30 % del trigo a nivel mundial y casi el 60 % de productos oleaginosos (girasol, maíz, soja, etc), nación de la cual Colombia necesita mucho por estos insumos.

Otra firma que emite una alerta por la crisis alimentaria global es Boston Consulting Group, que delimita aún más los países afectados, 45 en total, promediándolos en riesgo bajo, moderado y alto, en este último rango se encuentra Colombia:

“Según el análisis de BCG, 45 países de África, el Sudeste Asiático y Latinoamérica son los que están más expuestos a los impactos de la crisis alimentaria global. En el caso de Sudamérica, Perú, Colombia y Venezuela son los países con mayor riesgo, seguidos de Bolivia y Ecuador. La clasificación como país de alto riesgo refleja la exposición a una variedad de factores potencialmente negativos, como son la dependencia de importaciones de alimentos o fertilizantes, condiciones macroeconómicas desafiantes, exposición a riesgos climáticos, o situaciones de conflicto social, entre otros”, aseguró el director general de Boston Consulting Group, Federico Muxí.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, también señaló que en Colombia se puede sufrir una crisis alimentaria, en un muy corto plazo, sustentado en la tasa de desnutrición total, que se estima es del 8,2 % de la población, unos 4,2 millones de personas.

En el informe “La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura”, señalaron que 13 millones y medio de colombianos no pueden acceder a una dieta saludable, principalmente por el alto costo, que mínimo, por día, cuesta unos 3 dólares, estima la FAO.

Para evitar o mitigar el impacto de dicha crisis hay una estrategia en la que coinciden varios expertos: que todas las naciones deben cooperar. Desde McKinsey & Company dijeron que ese fue uno de los desaciertos de las anteriores crisis:

“Podríamos tratar de evitar algunos de los errores que vimos en la anterior crisis alimentaria, hace diez años. En aquel entonces empezamos a ver cómo algunos países prohibían las exportaciones y, por lo tanto, empeoraban su situación interna: los agricultores no tenían acceso a los ingresos mundiales y los países no podían importar. Limitar esas restricciones comerciales es una forma de unirse”.
Desde Boston Consulting Group añadieron que es un proceso mancomunado, que tiene que plantearse desde la dieta misma de las personas:

“Evitar más crisis de este tipo requerirá diversificar la producción de alimentos a través de dietas, cadenas de suministro y mercados, y abordar el endeudamiento, las desigualdades económicas y las distorsiones del mercado que han contribuido a la crisis actual Igualmente importante, necesitamos un esfuerzo coordinado en todos los sectores para repensar y reparar nuestros sistemas alimentarios, haciéndolos más equitativos, más resistentes y receptivos en tiempos de gran necesidad”, explicó Shalini Unnikrishnan, socia de BCG.