COLOMBIA TIENE MIEDO DE LO QUE PUEDA CONTAR “OTONIEL”. AFIRMA ABOGADO ENCARGADO DE SU DEFENSA EN EE.UU.

La acelerada extradición a Estados Unidos del jefe del cartel del narcotráfico más poderoso de Colombia, Dairo Antonio Úsuga David, alias ‘Otoniel’, podría haber obedecido al afán del gobierno colombiano de impedir que continuara declarando ante la justicia, dijo el nuevo abogado de Otoniel, Alexei M. Schacht.

Dairo Antonio Úsuga, alías Otoniel, alcanzó a implicar a militares, policías y gobernadores como cómplices de su violenta organización de narcotráfico, el Clan del Golfo, antes de ser extraditado a Estados Unidos.

“No estoy seguro de la razón, pero sospecho que el gobierno de Colombia quería librarse de él porque estaba hablando con la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz)’’, afirmó Schacht. “Ellos tienen miedo de lo que sabe’’, agregó.

Schacht asumió el 23 de mayo la defensa de Úsuga en el proceso por narcotráfico que el jefe del Clan del Golfo afronta en la Corte del Este de Nueva York. Reemplazó al defensor Arturo Hernández de Miami.

Antes de su extradición, Úsuga implicó a gobernadores, congresistas y militares por sus vínculos ya sea con el paramilitarismo o con el narcotráfico en testimonios rendidos ante la JEP.

Descrito por la acusación en Estados Unidos como el jefe de “una de las más grande, más violentas y más poderosa organización del narcotráfico y paramilitarismo en el mundo’’, el capo se había entregado a las autoridades colombianas el 3 octubre de 2021 en medio de una masiva operación militar al noroeste del departamento de Antioquia.

Úsuga declaró en Colombia que el plan del ejército para matarlo en combate falló por cuanto se entregó a militares de bajo rango que se intimidaron con su presencia. En la operación participaron 500 soldados y 22 helicópteros.

En marzo de 2022 Úsuga rindió declaración en dos megacausas de la JEP, una de ellas conocida como el Caso 3 y la otra como ‘Falsos Positivos’. En esta última la jurisdicción especial investiga miles de asesinatos y desapariciones de civiles inocentes falsamente identificados por las fuerzas militares como guerrilleros abatidos.

“Ahí está en nómina en Córdoba casi todo el mundo, en Urabá, en Necoclí, la coordinación con la ley todavía existe completica’’, afirmó Úsuga.

“Nosotros hacíamos operaciones junto a los militares a diario. De inteligencia le pasaban mucha información a la organización’’, agregó. En un acto sin precedentes en abril de este año, el presidente Iván Duque posó para los medios sosteniendo la página con su firma del decreto que aprobaba la extradición de Úsuga. “El que la hace, la paga’’, dijo Duque quien se refirió al acusado sin usar las consabidas expresiones de supuesto o presunto.

Otoniel es “el peor narcotraficante y criminal de la historia reciente de Colombia’’ escribió el mandatario en su cuenta de Twitter. Duque aseguró que Otoniel es solo comparable con Pablo Escobar.

Schacht dijo a Univision que Úsuga, de 51 años, está preso en el centro MDC de Brooklyn, donde se encuentra bajo un estricto régimen de aislamiento conocido como SAM (Medidas Especiales Administrativas, por sus siglas en inglés).

“Visitarlo es terrible porque está bajo las mismas condiciones en que estuvo el ‘Chapo’ Guzmán’’, dijo el abogado en referencia al condenado líder del Cartel de Sinaloa. “Lo que eso significa es que cuando usted lo visita, el visitante queda bajo llave en un cuarto especial en donde usted no puede abrir la puerta, no puede ir al baño, queda como encerrado con él durante horas’’, agregó.

En esas condiciones, el abogado y su cliente ya han empezado a revisar las pruebas entregadas por la fiscalía federal de Nueva York.

Fechada en diciembre de 2014, la acusación contra Úsuga se remonta al año 2012. Bajo su mando, señala el memorando de detención, el Clan del Golfo coordinó la producción, compra y exportación de toneladas de cocaína enviadas una o dos veces a la semana a Centroamérica o México para ser introducidas a Estados Unidos.

A fin de mantener el control del territorio, afirma el documento, “Úsuga David y el Clan del Golfo empleaban un ejército de sicarios que realizaban actos de violencia incluyendo asesinatos, asaltos, secuestros, tortura de competidores y traidores, lo mismo que miembros de sus familias’’.

El memorando describe un prolongado paro armado en una zona controlada por el clan ordenado por Úsuga a comienzos de 2012 para la búsqueda de los sospechosos de la muerte de su hermano Juan de Dios, alias Giovanni, en una redada policial.

Entre varias operaciones atribuidas a Úsuga, el memorando menciona, sin ofrecer mayores detalles, el intento de envenenamiento con cianuro de un testigo potencial en su contra mientras estaba detenido en una prisión en el extranjero y la tentativa de homicidio del abogado del detenido.

Schacht ha sido abogado de otros colombianos extraditados por cargos de narcotráfico como Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna y Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta.