Zozobra y angustia es el sentimiento predominante en la comunidad del barrio Las Flores tras el desalojo que ejecutó la Alcaldía Distrital el jueves, para darle cumplimiento a una orden administrativa que avala la recuperación de la Ciénaga de Mallorquín.
El proceder de los funcionarios, la fuerza pública y el Gobierno ha causado un gran dolor y sufrimiento en los habitantes al haber sido sacados a la fuerza de sus casas, con amedrantamientos y envueltos en gases lacrimógenos por parte de las autoridades y aún más por la falta de sensibilidad de la administración al dejar cerca de 300 familias en la calle sin tener a donde ir.
Es desgarrador EL panorama que viven estas personas al estar en condiciones muy vulnerables. Por años han permanecido en un lugar que le pertenece al Distrito y a sabiendas que es ajeno se ha convertido en su único albergue para habitar y laborar.
El presidente del comité de obra de la junta de acción comunal del barrio Las Flores, Héctor Abel Pérez, manifestó que “estamos preocupados por el entorno que se vivió aquí el jueves y se está viviendo porque todavía no tenemos donde vivir, tampoco nos dan solución a la problemática que tenemos en el sector. Nunca nos socializaron la parte fundamental de este proyecto que para mí es algo que nos tienen que mostrar ante los entes jurídicos para así saber qué es realmente lo que va a pasar en donde vivimos, porque aquí se encuentra nuestro sustento para ganarnos la vida como lo es la pesca, la venta de caracol y chipi chipi”, indicó Pérez.
A su turno, Heidi Hernández, contó como el Esmad derrumbó su casa. “Se nos metieron en atropello, hace un mes la Alcaldía nos vino hacer un censo para supuestamente mejorar la vivienda porque nos iban ayudar. Pero aparecieron a las 5 de la mañana del jueves para desalojarnos, nos daban hasta las 11 para salir, estuvieran niños o no, ante eso los vecinos nos reunimos para defendernos.
Los niños pasaron estragos; ya que se estaban ahogando con los gases lacrimógenos, ¿dónde esta el Icbf para velar por derechos de los niños? nos sacaron a todos como animales”, afirmó.
“Me siento destrozada porque se vino nuestro hogar abajo. Sabemos que ocupamos un terreno que es de la Alcaldía pero no es justo que nos pase esto y quedarnos en la calle y tras de eso nos quieren comprar con un millón de pesos, muy poco valemos para ellos”, dijo entre lágrimas Hernández.
Frente al triste escenario que padece la comunidad del barrio Las Flores, aseguran que la Alcaldía de Barranquilla no se ha dignado a sentarse con los habitantes para garantizarles una reubicación u otra alternativa. Simplemente han hecho caso omiso al dolor de muchas familias que han vivido a la intemperie por la negligencia del Estado por años. Lo único importante para el Distrito es el desarrollo del mega proyecto en la Ciénaga de Mallorquín, “por supuesto sacándonos del medio para que eso sea posible”, expresaron los moradores.
Mientras no exista un acuerdo entre Distrito y comunidad, los habitantes subrayaron que continuarán en pie de lucha para defender el techo donde duermen porque saben que nadie los ayudará ni les brindará la mano. Por ende, los moradores reiteran que seguirían bloqueando vías y alzando la voz para ser escuchados y seguir evitando que sean sacados como animales.
Por otro lado, la Alcaldía de Barranquilla anunció que el proceso de desalojo de 35 familias en los alrededores de la Ciénaga de Mallorquín fue suspendido. Ahora la Inspección de Policía deberá determinar una nueva fecha para darle cumplimiento a la orden que establece el desalojo del resto de familias que continúan viviendo en el área.