El excesivo desarrollo urbanístico en la ciudad inglesa la llevó a perder esta distinción. Expertos analizan la situación de La Heroica, que tiene cinco factores de riesgo y varias recomendaciones de la Unesco.
Rigurosamente cierto. Liverpool ha sido despojada de su estatus de Patrimonio Mundial de la Unesco. La decisión, tomada el miércoles por el comité de expertos al término de una sesión en China, representa un duro golpe para esta ciudad portuaria que gozaba de este reconocimiento desde 2004.
En su dictamen, el comité consideró que el desarrollo urbanístico en la zona supone una “pérdida de cualidades irreversible”, en especial, por la construcción de un nuevo estadio de fútbol que amenaza el valor histórico de sus muelles victorianos.
La decisión de la Unesco alertó una vez más a residentes del Centro Histórico de Cartagena que luchan por mantener su distinción frente a cinco factores de riesgo que afectan el patrimonio y sobre los cuales el comité de expertos viene haciendo recomendaciones de manera reiterada a Colombia.
El pasado 4 de junio, desde París, la Unesco recordó al país la urgencia de finalizar la construcción del Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico (PEMP) “que ha estado pendiente por más de una década, ya que constituye la base de toda la promoción de conservación y protección”. Y expresó su preocupación sobre el impacto del proyecto Aquarela y conmina al Estado “a evitar cualquier daño posterior y a trabajar hacia la demolición del edificio existente”.
Isabela Restrepo, directora del Colectivo de residentes Somos Centro Histórico, expresó su “profunda preocupación” por las posibles decisiones que tome la Unesco respecto a la calificación como Patrimonio Mundial, Cultural y Natural que ostenta la ciudad desde noviembre de 1984.
“Como residentes tenemos una gran preocupación porque nunca se sabe cuando Unesco va a tomar una decisión como la que tomó frente a Liverpool. La Unesco recomienda, advierte, insta, urge y de pronto, de manera inesperada, puede retirar al bien inscrito en la lista y pasarlo a la otra lista de patrimonio en riesgo. Eso es lo primero que hay que tener claro”, expresó Restrepo.
Recalcó que integrar la lista de la Unesco de Patrimonio de la Humanidad es un compromiso que se tiene que “renovar todos los años” y requiere de la responsabilidad y el esfuerzo del Estado, gobierno local y la sociedad civil.
“Desde el 2008 la Unesco ha pedido al Estado colombiano que se elabore el PEMP para la protección del Centro Histórico. Se elaboró el PEMP de murallas y de castillos porque el Ministerio de Cultura lo puede elaborar ya que estos son bienes de la nación, pero Cartagena no ha logrado sacar adelante este documento. Ya se nos acabó el tiempo. En julio de 2022 Cartagena debe haber presentado un documento técnico al Comité Nacional de Monumentos”, señaló.
En un comunicado, el Colectivo Somos Centro Histórico solicitó celeridad al Distrito en la elaboración de este importante documento y advierten que, de suceder lo de Liverpool, se generaría un impacto negativo no solo para Cartagena, sino que también se vería afectada la economía local y la del país. “El 30% del empleo de la ciudad es generado por el sector turismo, cuyo principal atractivo es el Centro Histórico. Serían consecuencias muy nefastas para la productividad y calidad de vida de los ciudadanos”, aseguran en su comunicado.
Lo ocurrido con Liverpool invita a saber qué puede pasar con Cartagena de Indias respecto a la salvaguarda y protección de su patrimonio. Y si bien las condiciones de la ciudad inglesa son muy distintas a las del Corralito de Piedra, expertos consultados por El Universal advierten que la distinción como Patrimonio de la Humanidad puede estar en riesgo.
“En el caso de Cartagena hay que tener en cuenta las tendencias que existen a nivel económico y social. Y estas tendencias no son más que intenciones, y las intenciones no son más que el aprovechamiento de las circunstancias que tiene la ciudad para generar riquezas por encima de la norma. Es decir, la ciudad es un escenario donde todo el mundo está tratando de sacar el máximo provecho”, expresó uno de los expertos consultados.
Para Alberto Herrera Díaz, decano de la Facultad de Arquitectura de la UTB, la falta de claridad frente a la norma y un control ineficaz por parte de las autoridades inciden en el aumento de desarrollos urbanísticos que afectan su patrimonio.
“El Centro y su área de influencia ha sido apetecida por los desarrollos edilicios en altura los cuales están afectando un valor singular, y el hecho de que la ciudad no se pueda entender en su contexto de paisaje urbano. En ese sentido, se desconocen las áreas de conservación y se permite el desarrollo de proyectos bajo la interpretación de gobernantes de turno y no en función de la valoración que tiene el sector antiguo de la ciudad y su connotación”, sostuvo.