Escoltado por sus abogados, hizo su aparición el ex presidente de los estados Unidos Donald Trump, siendo el primero en su condición de ex-mandatario que se enfrenta a un juicio por jurado en Estados Unidos. Matthew Colangelo, uno de los fiscales, lo acusa de haber montado una “conspiración criminal” y un “fraude electoral” y por haber pagado 130.000 dólares para evitar que un supuesto romance con la actriz porno Stormy Daniels saliera a la luz en plena campaña hace ocho años, antes de la elección presidencial que lo llevó a la Casa Blanca.
El primer día del primer juicio en la saga de Donald Trump en los tribunales de Estados Unidos comenzó con el choque de argumentos entre los fiscales de la Fiscalía de Manhattan, que presentaron su alegato, y los abogados de Trump, que lo declararon inocente. Aunque la causa por el pago para silenciar a Stormy Daniels dista de ser la más grave que enfrenta el ex mandatario, en la Justicia, fue la primera que llegó a la instancia de juicio, un hito en la historia de Estados Unidos, que jamás había tenido a un presidente en el banquillo de los acusados.
Trump está acusado de falsificar registros comerciales internos como parte de un supuesto plan para enterrar un amorío que pensó que podría dañar su campaña presidencial en 2016
“Muchas gracias, solo quiero decir, antes que empecemos, estos son juicios de Biden. Es interferencia electoral. Todos lo saben”, dijo Trump, antes de ingresar al tribunal.
El fiscal Matthew Colangelo, de la Oficina del Fiscal del Distrito de Manhattan, Alvin Bragg, dijo de pie en el tribunal que el caso trata sobre una “conspiración criminal y un encubrimiento” al presentar la causa a los 12 jurados que deberán decidir el desenlace del proceso. “El acusado Donald Trump orquestó un plan criminal para corromper las elecciones presidenciales de 2016. Luego encubrió esa conspiración criminal y mintió en sus registros comerciales de Nueva York una y otra vez”, dijo Colangelo. “Fue fraude electoral, puro y simple”, completó.
Trump está acusado por la Fiscalía de Manhattan con 34 cargos por “falsificación de registros corporativos en primer grado”. La causa se originó por un supuesto romance en 2006 entre Stephanie Clifford, conocida como “Stormy Daniels” y Trump, que estuvo cerca de salir a la luz en 2016, en plena campaña presidencial. Trump siempre negó cualquier contacto sexual con Daniels, pero igual arregló un pago de 130.000 dólares que realizó su exabogado y mano derecha, Michael Cohen, 12 días antes de la elección presidencial.
Después de ganar las elecciones, Trump le devolvió el dinero a Cohen. En total, la Fiscalía dijo que se emitieron 11 cheques con fines falsos. Nueve de esos cheques fueron firmados por Trump. Cada cheque fue procesado por la Organización Trump, “y disfrazado ilegalmente como un pago por servicios legales prestados de conformidad con un acuerdo de retención inexistente”, indicó la Fiscalía.
Colangelo dijo que el dinero entregado a Stormy Daniels en 2016 fue parte de un esfuerzo más amplio a favor de Trump orquestado por Cohen y David Pecker, antiguo director ejecutivo de American Media Inc., la empresa que publica el tabloide National Enquirer. La empresa, según la Fiscalía, realizó otro pago por 150.000 dólares a Karen McDougal. Colangelo dijo que hubo “una conspiración” orquestada en la Torre Trump entre esos tres hombres para silenciar historias tóxicas sobre Trump, y resguardarlo de cualquier eventual daño político en la campaña.
“El presidente Trump es inocente”, refutó su abogado Todd Blanche. “El presidente Trump no cometió ningún delito. La Oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan nunca debería haber presentado este caso”, continuó.
Lejos de refutar el pago, que la Fiscalía tiene ampliamente probado, el argumento central de los abogados de Trump es que no hubo ninguna actividad criminal en esa transferencia, y “nada ilegal” sucedió entre Pecker, Cohen y Trump, a diferencia de lo que argumentaron los fiscales.
“Este tipo de cosas suceden regularmente, cuando los periódicos toman decisiones sobre qué publicar y cómo publicarlo. Sucede todo el tiempo con gente famosa, gente rica. No importa si se trata de un plan, no va contra la ley”, indicó Blanche.
“No hay nada malo en intentar influir en una elección; se llama democracia”, insistió el abogado. “Le pusieron algo siniestro a esta idea como si fuera un delito. Aprenderán que no lo es”, le dijo a los jurados.
D. Trump enfrenta otras tres causas judiciales. Dos fueron presentadas por el Departamento de Justicia, una debido a que se llevó documentos clasificados de la Casa Blanca, algo prohibido por las leyes federales, y otra por su papel en el asalto trumpista al Congreso el 6 de enero de 2021.
Trump enfrenta una tercera causa en Georgia por interferencia electoral debido a sus esfuerzos para intentar revertir su derrota en la elección presidencial de 2020 ante el actual presidente, Joe Biden.