Como Daniel Josué Cuencas, fue identifiado el infortunado menor que pereciera arrastrado por la corriente de un arroyo en Barranquilla, la comunidad trató de auxiliarlo con cuerdas desde una de las orillas, sin éxito muy a pesar de los desesperados esfuersos de transeuntes expontaneos.
Autoridades continúan buscando a un adulto de 43 años a que vieron flotando en la corriente del mismo arroyo. .
Hoy en la mañana de este lunes, 4 de septiembre, todas las esperanzas se perdieron toda vez que el cadaver del infante fue encontrado. El menor fue identificado como Daniel Josué Cuencas Rodríguez, de nacionalidad venezolana. Familiares aseguran que el pequeño jugaba con una niña, quien también fue arrastrada por la corriente, pero logró ser rescatada. “Daniel era un muchacho muy trabajador, le gustaba salir a buscar de comer a mi mamá. ¿Por qué Dios se lo llevó así de joven? Él no estaba estudiando todavía”, dijo la hermana del pequeño.
Entretanto, autoridades y organismos de socorro continúan con la búsqueda de un hombre de 43 años que también fue sorprendido por la fuerza del agua en el arrojo Don Juan.
“El señor se llama William Herrera, un señor que iba en una carretilla de frutas, el cual fue sorprendido por una corriente rápida. No estaba lloviendo fuerte, pero fue arrastrado por el agua del arroyo Don Juan”, indicó José Molina, técnico operativo de la Defensa Civil.
Habitantes grabaron el momento en que Daniel Josué era arrastrado por el arroyo en la tarde del domingo 3 de septiembre, en Barranquilla. El pequeño se aferraba a un mueble mientras que varias personas le lanzaban cuerdas para rescatarlo, aunque sin éxito. La comunidad también alcanzó a grabar los momentos de angustia del adulto que por unos pocos segundos se agarró al muro de contención, pero al intentar subir, volvió a caer. “Iba caminando por la orilla, pierde el equilibrio y ha caído al agua y ha sido arrastrado”, relató el jefe de la oficina de Gestión del Riesgo de Barranquilla, Edgardo Saucedo.
Casi a la misma hora, en el municipio de Tubará, una tromba marina causó pánico entre los bañistas que disfrutaban de mar y las playas; la fuerza del viento arrasó con todo a su paso. Sillas, mesas y casetas quedaron destruidas.