HABITANTES DE SHANGAI  SE REVELAN CONTRA LAS NUEVAS RESTRICCIONES ANTI-COVID IMPUESTAS POR CHINA.

La crisis que se desató en Shangai por las duras protestas que se han venido registrando casi que a diario por las restricciones que se tomaron en esa ciudad para frenar los contagios de covid, escaló ya hasta un componente diplomático. Lea: En China descartan relajar las restricciones: “ómicron no es una gripe”

En efecto, China presentó una queja formal a Estados Unidos, después de que Washington autorizara el viernes la evacuación del personal no esencial de su consulado en Shangai –y de sus familiares–, en gran parte por las fuertes restricciones impuestas.

La Casa Blanca también recomendó no viajar a esa ciudad, y tampoco a Hong Kong y a la provincia de Jilin, ya que las restricciones pueden tener consecuencias que van más allá de la movilidad: “Incluyendo el riesgo de que se separe a padres y niños”.

“Que Estados Unidos autorice la evacuación voluntaria de su personal en Shangai es su propia decisión. Sin embargo, cabe destacar que las medidas de prevención epidémica tomadas por China son efectivas y científicas, y tenemos plena confianza en que Shangai y otras localidades superen esta oleada de casos”, precisó el portavoz chino de Exteriores, Zhao Lijian.

“Hemos tratado de asistir, dentro de lo posible, al personal diplomático y consular residente en China. No estamos nada satisfechos con las acusaciones estadounidenses. Nos oponemos firmemente a ellas y hemos presentado una queja formal por tal motivo”, agregó el diplomático.

Si bien el resto del mundo se ha resignado a convivir con el virus, las autoridades chinas insisten en su estrategia de “cero covid”, pese a que la última oleada se haya saldado –hasta el momento– con dos fallecidos y un repunte de casos asintomáticos.

Esto se basa en que la alta transmisibilidad de la variante ómicron ha devuelto a China a la casilla de salida en su particular “batalla” contra la covid, con fuertes restricciones a la movilidad, las fronteras cerradas al exterior y confinamientos de ciudades enteras como Shangai.

Incluso, las autoridades de esta ciudad –donde se contabilizaron más de 20.000 nuevos casos asintomáticos–, anunciaron el sábado que realizarán una nueva ronda masiva de test para asegurarse de mapear todos los contagios.

El número total de contagiados activos en la China continental asciende a poco más de 22.500 y al menos 80 de ellos en estado grave. Esto, según datos oficiales del gobierno chino actualizados hasta el domingo.

Y, de acuerdo con las cuentas de la Comisión Nacional Sanitaria, desde el inicio de la pandemia se infectaron 164.393 personas en el país y fallecieron 4.638, las últimas dos en marzo pasado, que fueron las primeras muertes contabilizadas en más de un año.

En ese contexto fue que Shangai estalló. Este fin de semana miles de ciudadanos salieron a las calles y cometieron saqueos en varios establecimientos comerciales.
El domingo –cuando se completaron 22 días desde que el gobierno de la ciudad impuso la más dura restricción– se viralizaron videos e imágenes de desmanes, gritos y robos en la llamada capital financiera de China.

La escena más común es robo de comida. Esto, además, se originó porque por el momento lo único que está permitido hacer es que una persona –mayor de edad– salga una vez al día a comprar sus víveres, o acudir a un centro médico por alguna enfermedad.

Desde el gobierno central, el presidente Xi Jinping advirtió que no piensa bajar la guardia en cuanto a restricciones, pues la semana pasada públicamente ratificó su política de “cero covid”.