LA MUERTE DE “JUAN CHUCHITA” JUGLAR DE LOS GAITEROS DE SAN JACINTO ENTRISTECE EL FOLKLOR.

Familiares y colegas lamentan ademas de su deceso, que en la memoria de Juan Fernández Polo se quedaron más de veinte canciones, que nunca hubo tiempo de escribir ni de grabar, ni siquiera en un teléfono celular.

Emérita y Marelbis Fernández Mercado, dos hijas de los diez que tuvo Juancho, no se cansaban de recibir visitantes, que iban desde el alcalde de San Jacinto, hasta folkloristas y vecinos del barrio Torices, donde residió por muchos años.

“Ahora mi papá ya debe estar reunido con su tío Toño y los hermanos Lara, y con María Magdalena, su hija mayor, quien murió hace seis años de un paro, mientras lavaba ropa en el patio de su casa”. Contaba Emerita secundada por Marelbis. Ellas cuentan ademas que en estos últimos días, el gaitero, a pesar de sus achaques , andaba feliz, contando los dias que faltaban para el próximo 6 de agosto que cumpliría 91 años. La familia estaba preparando una gran celebración.

El miércoles en la noche, después de ver sus videos de corralejas( otro de sus grandes entretenimientos) solicito ayuda para acostarse, manifestando que se sentia muy cansado. Eran aproximadamente las las 2 de la madrugada cuando un ruido inusual que salia de su boca despertó a sus familiares.

El médico que acudió al llamado fue claro en decir que la vida de Juancho, irremediablemente estaba llegando a su fin. Efectivamente en la mañana de Jueves sucedió lo inevitable: Juan “Chuchita” habia partido con el Señor. A los pocos minutos una romería incontenible, entre las que destacaban varios conjuntos de gaitas, con sus notas folkloricas a las que imprimieron un sello quejumbroso y nostalgico, despidieron a quien en vida fue un maestro, un seguidor y un duro del folklor.

El día que Juancho se muera / no lo vayan a enterrar / de él alguien se conduela / y mándenme a embalsamar”. Esta cuarteta, pertenece a alguna de las más de veinte canciones que Juan Fernández Polo, más conocido como “Juan Chuchita”, se llevó a la tumba, sin que ninguno de sus familiares hubiera sacado el tiempo para escribirlas o grabarlas.

Paz en su tumba!..

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