Rumenigge Monsalve Álvarez.

Malambo te vio nacer y crecer en sus calles, te recuerda como el muchacho sano, voluntarioso, decidido y admirable ejemplo de superación para nuestra juventud.
Sobreviviente de una adolescencia marcada por una abúndante escasez de recursos, te dejaste llevar por el embeleco de llegar a la Alcaldía motivado con la idea de mejorar la situación de los jóvenes de tu pueblo creando espacio y condiciones que jalonarán y motivarán sus deseos de salir adelante.
Muy noble intención de tu parte. Pero mientras apenas organizabas el gabinete e ibas acomodando los nombramientos de los compromisos adquiridos con los voraces oportunistas de turno, apareció la pandemia dispuesta a llevarse todo y a todos y es desde entonces cuando la administración se vuelve un caos donde la voracidad de pésimos asesores encuentra la oportunidad de hacerse a recursos del estado destinados al cubrimiento de la emergencia.
He ahi la gran novatada.
Sin embargo, fue ahi, en plena emergencia donde el pueblo te admiró y vio tu nobleza te vimos repartiendo mercados hombro a hombro, de casa en casa, y no estabas en campaña.
Malambo reconoció, admiró, y aplaudió tu gestión de alivio y tu dinámica noche tras noche.
Y somos muchos más lo que agradecemos y reconocemos tu labor y valor como persona.
Me viene a la mente algo que oí hace mucho tiempo “Al árbol que da fruto, es al que se le tiran piedras”.
Pero Dios es grande y misericordioso, va permitir que logres aclarar tus actuaciones y salir bien librado ante los entes de control. NO PIERDAS LA FE.
Escrito por: Santiago Charris, Adelaida Buelvas, Elsy Charris