Así lo aseguró la vicepresidenta del país vecino en medio de una entrevista para un canal de televisión. El corte de energía se presentó este jueves antes del anochecer.

Venezuela sufre un masivo apagón desde hace 16 horas que forzó este viernes al gobierno de Nicolás Maduro a suspender la jornada laboral y las clases, en uno de los peores cortes de energía de los últimos años. 

Desde el jueves, el gobierno venezolano acusó a Estados Unidos de liderar esta “guerra eléctrica”.

Se han suspendido “las clases y jornadas laborales el día de hoy, en aras de facilitar los trabajos y esfuerzos para la recuperación del servicio eléctrico en el país, víctima de la guerra eléctrica imperial”, escribió en un tuit la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. 

El caos es casi total en todo el país: hospitales colapsados, vuelos cancelados desde el aeropuerto internacional Simón Bolívar y de las principales urbes, las calles de las principales ciudades desoladas tras el corte de luz que se inició el jueves a las 16H50 locales (20H50 GMT). Venezuela quedó completamente aislada, con las fronteras cerradas.

La economía está completamente paralizada ya que nadie podía retirar dinero de los cajeros. Desde la tarde del jueves, el servicio telefónico y el metro de la capital interrumpieron los servicios, obligando a miles de personas a caminar kilómetros hasta sus hogares.

“Hasta el teléfono lo tengo apagado, el calor insoportable, estamos sin agua, este país está vuelto un desastre”, señaló a la AFP Armando Cordero, de 57 años.

El apagón forzó además la suspensión la noche del jueves de un partido entre el Deportivo Lara, de Venezuela, y el Emelec de Ecuador, por el Grupo B de la Copa Libertadores, en la ciudad de Barquisimeto. El partido fue reprogramado para esta tarde.

De acuerdo con reportes de la prensa local, el apagón afecta prácticamente a toda Venezuela, con cortes en 23 de los 24 estados y en la capital. A la vez, fallan las líneas telefónicas y la internet.

Especialistas responsabilizan al gobierno socialista por falta de inversiones en el mantenimiento de la infraestructura en medio de una grave crisis económica, pero altos funcionarios denuncian frecuentemente actos de “sabotaje”.

 “Guerra eléctrica” 

La noche del jueves, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, denunció que el apagón se trata de un sabotaje criminal, brutal” que busca dejar a Venezuela sin suministro eléctrico durante “varios días” y acusó al senador estadounidense Marco Rubio.

Rubio, duro crítico del gobierno de Nicolás Maduro, se mofó de Rodríguez al retuitear un video donde éste lo acusa: “No, no es Dr. Evil de la película Austin Powers. Es ‘Caracas Bob’ (…) quien reveló cómo yo saboteé personalmente una planta hidroeléctrica y causé un masivo apagón de amplitud nacional”.

“La guerra eléctrica anunciada y dirigida por el imperialismo estadounidense en contra de nuestro pueblo será derrotada. Nada ni nadie podrá vencer al pueblo de Bolívar y Chávez. ¡Máxima unidad de los patriotas!”, tuiteó por su lado Maduro.

El mandatario socialista mantiene un duro enfrentamiento con el gobierno de Donald Trump, que reconoció al jefe parlamentario Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, al igual que más de 50 países.

Hace un año, Maduro ordenó a la Fuerza Armada activar un plan especial para custodiar instalaciones del sistema eléctrico ante lo que llama una “guerra eléctrica” para generar descontento popular, pero las fallas persisten.

La compañía eléctrica Corpoelec denunció, sin dar mayores detalles, un sabotaje en el embalse de Guri, ubicado en el estado Bolívar.

“Sabotearon la generación en Guri… Esto es parte de la guerra eléctrica contra el Estado. ¡No lo permitiremos! Estamos trabajando para recuperar el servicio”, publicó en Twitter la empresa.

Guri es una de las mayores represas generadoras de energía en América Latina, superada solo por la de Itaipú, entre Brasil y Paraguay.

“Tenemos El Guri, Tocoma y Caruachi. Tenemos Planta Centro y Tacoa. Tenemos agua, petróleo y gas. Pero lamentablemente tenemos un usurpador en Miraflores”, tuiteó Guaidó.

El bolívar, la moneda local, ha perdido valor aceleradamente a causa de continuas devaluaciones y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para 2019.

Todo esto ha provocado escasez de efectivo, pues el billete de máxima denominación, 500 bolívares, equivale a apenas 15 centavos de dólar, siendo insuficiente para comprar siquiera un caramelo.

La situación hace que las transacciones electrónicas sean indispensables, incluso para operaciones pequeñas como comprar una barra de pan.